Fue un 25 de mayo de 2005, hace quince años. Ben Hur se consagraba como el mejor del básquet del país, el equipo dirigido por Julio Lamas conseguía el título y la BH quedaba por siempre en la historia de la Liga Nacional. Muchos de los que hoy pueden leer estas líneas, seguramente estuvieron aquella noche en un Coliseo del Sur que rebalsaba colmado por miles y miles de personas. Aquella noche, el deporte de la ciudad de Rafaela escribió una de sus páginas más gloriosas.
Un equipo tremendo, tan contundente como exquisito, de esos que gustaba ver y permitía disfrutar. Una temporada inolvidable, con números que aún hoy pueden asombrar a cualquiera. Pocos lo encontraron algo dormido alguna vez y pudieron vencerlo, los partidos duraban menos de lo reglamentario, a ese equipo le bastaba con un par de cuartos para marcar diferencias indescontables y el resto del juego estaba demás. Partido a partido, triunfo a triunfo, fase a fase, el andar mismo de la competencia iba permitiendo imaginar o soñar con fuerzas lo que terminaría sucediendo, incluso en la mismísima final. No se podía escapar, nada podía detenerlo o impedirlo.
Esa noche no se borrará jamás del corazón y la cabeza de los amantes del básquet porque lo máximo ocurrió frente a sus ojos. Un equipo de la ciudad se convertía en el mejor de todos y esa emblemática Copa, la misma que parecía inalcanzable, descansaba en las manos del básquet rafaelino a través de un Ben Hur que hacía historia y de la grande. La historia marca y sigue andando. Hoy, quince años después, cuesta y mucho entrar al Coliseo del Sur y que esas imágenes imborrables no vengan a la cabeza. Hoy también, cuesta mucho entrar a esa imponente estructura e imaginar que lo de aquella noche quizás ya no vuelva a ocurrir. La competencia misma, el monopolio de unos pocos representantes, las decisiones desacertadas, entre otras cosas, determinaron que aquellas noches de pasión ya no se puedan disfrutar.
En esta fecha especial, en este día que recuerda lo ocurrido hace quince años atrás, considero necesario permitirnos un par de cosas. Por un lado, levantar una vez más esa bandera del básquet rafaelino que hizo historia grande, golpearnos fuerte el pecho por lo conseguido y darle rienda suelta al recuerdo emocional. Por otro lado, imaginar, soñar y desear que aquellas noches puedan volver algún día, pero saber entender que nada ocurrirá por sí solo. Entre recuerdos, orgullo y nuevos sueños, hoy levantemos una copa por aquello que quedará por siempre. Salud Ben Hur, salud básquet rafaelino.
Los protagonistas
El plantel estaba compuesto por Pablo Albertinazzi (sufrió la rotura de ligamentos cruzados en el comienzo de la temporada), Eduardo Calvelli, Daniel Ederra (llegó como reemplazo de Albertinazzi), Fabián Elías Saad, Leandro Else, Diego García, Leonardo Gutiérrez, Herbert Jones, Raymundo Legaría, Jason Osborne, Alberto Pastori, Ignacio Ravellino, Guillermo Sacavino, Ramzee Stanton y Walter Storani. DT: Julio César Lamas. Asistentes: Facundo Müller y Eduardo Mohamed (h). PF: Eduardo Costamagna. Kinesiologo: Tito Fernández. Utilero: Gustavo Turatti.