En Febrero comenzaron las actividades de básquet en Independiente con algunas novedades. Durante este año, Walter Storani será el entrenador del equipo de Primera, se dará el regreso a la institución de Fernando Posetto y además, Independiente anunció la incorporación de Ricardo Bojanich, especialista en técnicas de entrenamientos para divisiones formativas de básquet reconocido a nivel nacional e internacional. Encabeza programas de capacitación a lo largo de todo el país y en esta ocasión, Independiente decidió contratarlo para desarrollar su proyecto de mejora en el básquet del club.
Desde el lunes 3 ya entrenan las categorías masculinas de edad premini en adelante y todo el básquet femenino. Por su parte, las categorías de escuelita y nene básquet comenzarán en Marzo.
El plantel está conformado por Lucila Lentore y Marcela Margaría en básquet femenino; Josefina Colsani y Juan Rodríguez en Nene Básquet y Escuelita; Martín Mayo junto a Juan Rodríguez y Marcela Margaría en Mini y premini; Lucas Baudino en U13 y U15; Fernando Posetto en U14 y U17 mientras que Walter Storani estará a cargo de U19 y primera.
Además, en el club se encuentran trabajando la Lic. en Psicomotricidad Camila Salamano, el Psicólogo Marcelo Galiano, Oscar Vegetti y Leonardo Barberis en Fundamentación, Josefina Colsani y Eduardo Costamagna en la preparación física.
Ricardo Bojanich
Su CV marca que es Profesor Nacional de Educación Física, Coordinador y Entrenador de Basquetbol Formativo y Superior de Gimnasia y Esgrima de Pergamino por más de 25 años, Profesor de los Cursos Virtuales Nivel II y III para Jugadores y Ex jugadores de Básquetbol ENEBA, Coordinador Técnico del Departamento Nacional de Mini Básquetbol CABB 2011/12; Capacitador de los Equipos Técnicos Regionales de la Dirección de Educación Física de Buenos Aires 2012/14; Director del CEF 99 e Inspector de Educación Física de la Región 13 Buenos Aires. En su carrera ha disertado en gran cantidad de Clínicas y Congresos, tanto en Argentina como en países vecinos.
– ¿Cómo comenzó su historia con el básquet, primero como jugador y luego como entrenador de básquet?
– De chico siempre me gustaron muchos los deportes, y especialmente los de equipos como el fútbol, básquet y vóley especialmente. Luego estudié educación física y me desarrollé como profesor. No fui un gran jugador de básquet pero siempre me gustó, aunque no era mi objetivo principal ser jugador de elite y es hoy que sigo jugando dos veces por semana. Después me desarrollé como entrenador, primero en Sport de Pergamino, luego pasé al club Sirio y finalmente Gimnasia y Esgrima, también de Pergamino, me reclutó para hacer un proyecto de dirigir las formativas. Tras cuatro años de trabajo, terminé siendo el entrenador del equipo principal y llegamos a jugar la Liga Nacional, donde logramos mantenernos durante varios años con un plantel constituido por varios chicos de la cantera del club. Llegó un momento a comienzos de la década del 90 donde tuve que decidir si seguía como entrenador profesional o me volcaba de lleno a las formativas. Y la verdad que no lo dudé, mi objetivo era trabajar con jóvenes, apostar por un proyecto educativo y seguí mi camino en las categorías formativas, yo ya me sentía un formador así que aposté por eso. Trabajé más de 25 años en Gimnasia y Esgrima de Pergamino, también lo hice para la Federación de Mina Gerais en Brasil y luego comencé a comunicar todo lo que fui aprendiendo en esos años de trabajo con diferentes charlas, campus y seminario.
– ¿Por qué se dedicó a las categorías formativas?
– Básicamente porque tenía alma de docente, sentía que me gustaba mucho enseñar y trabajar con los jóvenes. Más allá que dirigí equipos de primera y alguna selección, lo mío eran las formativas así que a los 31- 32 años decidí volcarme definitivamente a las categorías inferiores e infantiles y capacitarme mucho en eso. La vida siempre te presenta momento en los que hay que tomar decisiones y agradezco mucho haber tomado esta decisión, realmente siento que no me equivoqué y me hace muy feliz seguir trabajando con jóvenes y niños.
– ¿Cómo se da la chance de trabajar en Independiente?
– La posibilidad de empezar a trabajar en Independiente surge de mi buena relación con Walter Storani, nos conocemos de Pergamino y conoce mi trabajo en diferentes instituciones. Eso Walter lo ha hablado con el presidente Vitaloni y algunos dirigentes más, y se dio esta posibilidad. Me convencieron con la idea de trabajo que tienen, mostrándome cómo es el club y la gente que hay. Hablar de Independiente es referirse a un club de básquet que en el interior del país tiene un lugar muy elevado. Leo Barberis decía que tienen unos 300 chicos, eso es un número tremendo, no muchos equipos en el país tienen esa cantidad de jóvenes. El otro día en la presentación escuchaba hablar a algunos padres y se referían a la tranquilidad que les da mandar a los chicos al club y la confianza que tienen por los valores que se les transmiten; eso habla muy bien de la institución porque es algo que lleva mucho tiempo conseguirlo, no cualquier club consigue eso. Tiene un grupo de trabajo muy bien establecido, preparado, capacitado, con muy buena calidad humana. Y ahora, la idea es darle un poco más de calidad desde lo técnico, desde la organización y planificación. Advertí que el club se está metiendo en una meseta, ellos lo leyeron rápidamente y entonces trataremos de colaborar para que se pueda seguir dando pasos hacia adelante, sin perder la identidad institucional. Vamos a tratar de dar un toque de calidad en lo técnico, táctico, físico; en el desarrollo de los jugadores en diferentes áreas. En este contexto, ya hemos empezado a trabajar juntos, ya me estuve reuniendo y charlando con los diferentes entrenadores y profesores y luego realizando algunos entrenamientos con los chicos. Esto es trabajo, lleva tiempo, debemos confiar en el trabajo que realiza cada uno del grupo y es fundamental el apoyo de la dirigencia para que se puedan llevar adelante todos los objetivos propuestos.
– ¿Con qué institución se encontró, cuál es el punto de partida para realizar este proyecto?
– La verdad que muy bueno. Acá tienen resuelto el problema de la masificación porque hay muchos chicos, tienen bien distribuidos los espacios y la función de cada uno, tienen un buen apoyo y aporte de padres y dirigentes, aunque siempre quiere algo más obviamente. Así que hay muchas cosas resueltas, entonces mi idea es apuntar a mejorar la calidad, hacer foco ahí. La calidad no es incompatible con la cantidad, se puede mejorar y perfeccionar más allá que haya muchos chicos. Tenemos que saber dividirnos bien nuestro trabajo para poder llevarlo adelante con el tiempo y la intensidad que necesita cada deportista. Se que no es lo mismo trabajar con un grupo de 12-15 que con uno de 30 chicos pero la calidad se puede lograr con organización, predisposición y esfuerzo.
Fuente: Prensa Independiente