Corriendo desde atrás toda la noche, terminaron imponiéndose a Colombia por 67-61. El lunes, en semifinales, cruzarán con Paraguay.

No fue fácil, no fue lucido, pero con garra la Selección Nacional sacó adelante un juego adverso, y terminó ganándole a la anfitriona Colombia por 67-61.

De entrada, fue el local el que picó en punta, llegando a un 6-0 en apenas un minuto y medio. Con problemas en defensa, y muy estática en ataque, Argentina luchó más de lo que jugó, sin terminar de hacer pie y llegando al promedio distanciada por ocho (2-10).

Un tiempo muerto solicitado por Cristian Santander ayudó a salir del mal momento. En tan sólo un minuto las chicas edificaron un 7-0 (9-10) que las dejó al acecho, y fue la banca rival la que pidió hablar con sus dirigidas para aquietar las aguas.

Con el regreso del mismo, la escuadra anfitriona recuperó el margen (10-16), aunque entre vaivenes, la brecha fue de apenas dos al momento de ingresar al segundo cuarto (16-18).

Quizás ese fue el peor momento que pasó la celeste y blanca en el transcurso de la noche. Sin conseguir hacer pie en el campo propio, y atravesando una larga meseta ofensiva, las criollas debieron redoblar esfuerzos para disimular las carencias vividas.

Colombia llegó a irse por nueve (21-30) en la recta final, cargando bien los cristales, y siendo agresiva en primera línea de defensa. Sin embargo encararían el descanso largo separados por siete (23-30).

El regreso de zona de vestuarios no modificó radicalmente el trámite, aunque sí, sobre el cierre de ese tercer periodo, sería la Argentina la que quedaría mejor perfilada de cara al epílogo.

Pese a que la luz siguió siendo clara, y volvió a tocar los nueve (37-46) a falta de 2:30, la celeste y blanca comenzó a crecer, no sin depender de un esfuerzo máximo, desde atrás hacia adelante, teniendo en Victoria Llorente a una de sus artistas principales.

De esa manera, más en lo anímico que en el reflejo del tablero electrónico (40-46), nuestra Selección arribó a los últimos diez minutos con un mejor semblante.

Esto pudo plasmarse en las primeras posesiones. Argentina quedó a dos (48-50) a los tres minutos, y se puso a uno en la parte media del cuarto (54-55), dándole un equilibrio al match que no había tenido hasta ese entonces.

A Colombia le comenzó a pesar la presión de jugar ante su público. Una bomba de tres puntos por parte de Débora González (59-59) terminó por patear el tablero y darle al cotejo un nuevo escenario, a sólo tres minutos para que todo acabe.

A partir de ese momento, y por primera vez en la noche, Las Gigantes se sintieron llamadas a su juego.

Defendieron como saben, fueron pensantes en ataque, y luego de los libres de Macarena Rosset (61-61) a 1:30, tomaron las riendas del match.

Las locales, sin darse cuenta, fueron llevadas a un terreno incómodo, donde las nuestras capitalizaron cada segundo. Entre Agostina Burani, Macarena Rosset y Melisa Gretter construyeron el 67-61 final, que las dejó en lo más alto del grupo.

El lunes, luego de la jornada de descanso general, Argentina se medirá ante Paraguay, en una de las semifinales. La otra la conformarán Brasil y Colombia.

Emanuel Niel
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